La fiesta del Sagrado Corazón ha tenido este año en la parroquia un rostro diferente. El concierto de Jesuitas Acústico, este viernes 24 de junio, se convirtió en la ocasión de cantar orando. Jorge Ochoa, Cristóbal Fones, Enric Puiggròs y David Pantaleón unen sus voces y su sensibilidad para acercarnos, a través de la música, al evangelio leído desde la espiritualidad ignaciana. Durante casi dos horas los cuatro, acompañados en los instrumentos por Oscar Santos y Esteban Faro, desgranaron un repertorio en el que cantan sobre la vida, el compromiso, los rostros de Dios, las heridas, la justicia, el dolor…
Hay algo muy bonito en la selección de sus temas. Algunos de los textos que musicalizan están escritos por otros jesuitas como Benjamín G. Buelta, José María Rodríguez Olaizola, o Antonio Ordóñez, a quien pertenece la letra de «Nos faltan héroes» que estrenaban ayer.
La iglesia estaba abarrotada. Gente de muchísimas sensibilidades, de todas las edades, unida por la fe y la música. Cada una de las canciones era introducida por alguno de los cantantes que hablaba de su origen, su motivación o su pertinencia en este momento, ayudando a darle profundidad y sentido a la escucha. Esto ocurrió, por ejemplo, cuando Jorge introdujo «Mi cuerpo es comida», y lo vinculó con la muerte de dos jesuitas mexicanos, Javier Campos y Joaquín Mora, asesinados esta misma semana.
Las canciones invitaban a participar. La letra, proyectada en las pantallas del templo, ayudó a convertir en varios momentos a la parroquia en un enorme coro que acompañaba a los acústicos.
Que la música nos lleve hacia Dios. Y que Dios nos abra al mundo, para construir su Reino.
AMDG
