La 4ª semana de cuaresma ha estado marcada, en la parroquia, por nuestras charlas cuaresmales. Durante 3 días, Bert Daelemans, jesuita que combina en su formación la teología y la sensibilidad para el arte y la belleza como camino de contemplación, nos ayudó a contemplar. Utilizando las esculturas de Werner Klenk, cada día fue un recorrido por algunos de los encuentros de Jesús en ese último camino hacia la cruz. Encuentros con el Cireneo y la Verónica, con su madre, con las mujeres de Jerusalén. Momentos de debilidad y de fe viva.
Lo más original fue el poder ir combinando la reflexión de Bert, evocador y capaz de ir combinando citas y figuras de la Sagrada Escritura, con las imágenes del escultor, también jesuita. Con especial atención a las manos y los rostros, una y otra vez convertidos en reflejo de nuestros propios sentimientos.
Un buen grupo de personas quisieron compartir cada día la reflexión. Alrededor de 45 minutos, seguidos de un momento de silencio antes de culminar con la celebración de la Eucaristía.
Confiamos en que podamos seguir compartiendo la mirada creyente a la vida, al mundo y a la fe
