El domingo 23 de octubre la Eucaristía de 21,00h fue la ocasión para celebrar, junto con el día del Señor y el Domund, los últimos votos de Fonfo (Alfonso Alonso-Lasheras). Fonfo es uno de los jesuitas que acompaña esa celebración cada domingo, miembro de la comunidad de jesuitas y responsable de vocaciones en la provincia.
Familiares y un nutrido grupo de jesuitas quisieron sumarse a la comunidad parroquial, en un templo abarrotado, para acompañar a Fonfo en un momento tan especial. Los últimos votos, hechos al final de una larga etapa de formación y trabajo, marcan el momento de la incorporación definitiva de un jesuita a la Compañía de Jesús.
Antonio España, provincial de los jesuitas, presidió una celebración en la que la figura del publicano se convirtió en referencia y ejemplo de cómo vivir la consagración con un corazón humilde. Primero, en las palabras del provincial en la homilía. Y después, en las que Fonfo convirtió en plegaria al final de la comunión.
Mi fariseo y mi publicano
Cada día luchan en mí
un fariseo y un publicano.
Uno cree que se lo merece,
que pone mucho de su parte,
y que su esfuerzo es suficiente.
El otro sabe de su limitación,
se deja acariciar en ella
y no se atreve a levantar la mirada.
Gracias Señor
porque te ríes del primero
y tienes compasión del segundo.
Gracias porque el frágil
no deja al fuerte
mirar a otros desde arriba,
ni inmunizarse ante el dolor ajeno.
Gracias porque sí,
soy como los demás.
Y consagrar la vida
no suma puntos
ni busca aplausos,
sino que confía que,
con tu gracia,
pueda continuar en esta misión
de “en todo amar y servir”.
Y así, junto a otros compañeros
“amigos en el Señor”,
dejar que la fe y la esperanza
lo sean todo.