San Francisco de Borja, patrón de cetreros

El 3 de octubre celebramos la fiesta de nuestro patrón, San Francisco de Borja. Y como ya es tradición en la parroquia, en la misa de 20,00h nos acompañaron un grupo de cetreros que trajeron con ellos a sus halcones. Una buena representación de halcones, cernícalos, altillos, hasta un águila. Apoyados con paciencia en el brazo de sus criadores, asistieron a la celebración.

Y así, mientras a todos se nos invitaba, acogiendo la escritura, a poner a Cristo en el centro para que todo lo demás encuentre su sitio, también las criaturas nos recuerdan que todo tiene su lugar. En la oración de los cetreros, que presentaron como su particular ofertorio, así se expresa

Querido San Francisco de Borja:
Encontraste fuente de inspiración divina en la práctica de la cetrería, te pido que me facilites el encuentro con Dios.
Acompáñame en el camino. Bendice a mi ave. Haz que sea justo con ella y le exija en la medida en que ella pueda exigirme a mí.
Tanto en el campo como en mis quehaceres cotidianos dame espíritu de superación para huir del lance fácil.
En los fallos ayúdame a encontrar el aprendizaje en vez de la frustración.
Tú has sabido hacerte pequeño para ser grande ante Dios enséñame a ser humilde.
Ayúdame a entender que con el conejo que se esconde o con la perdiz que escapa la Naturaleza merece y necesita mantener sus leyes.
Hazme valiente como el pequeño cernícalo, noble como el halcón, fuerte como el azor, perseverante como el esmerejón y ágil como el gavilán, para que aprendidas estas virtudes puede ponerlas al servicio de los demás.
Haz que mi encuentro cotidiano con la creación ilumine mi vida y sepa reflejarlo a quienes aún permanecen ajenos a la grandeza de Dios.
Lleva mi agradecimiento a quienes me precedieron, como tú, en la práctica de este noble arte. No dejes que olvide mi responsabilidad en legar el patrimonio de la cetrería a las próximas generaciones cuando yo haya emprendido mi último vuelo.
Guíame para que las emociones y valores que experimentaste como cetrero modelen la mejor versión de mí mismo, como hombre y como cristiano. Amén.

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