En esta segunda sesión del ciclo Orar juntos la vida que este curso organiza la Comunidad de Matrimonios Nazaret, Borja Montero, médico especialista en cuidados paliativos, nos invitó a orar desde la fragilidad, con una mirada particular a la fragilidad de los enfermos terminales. Insistió en lo necesaria que es, en el acompañamiento al enfermo, la compasión (que no la lástima), es decir, la sensibilidad para captar el sufrimiento del otro con la disposición de ayudarle y el objetivo de aliviar su sufrimiento. Solo aceptando nuestra propia pequeñez y vulnerabilidad –porque todos pasamos o pasaremos por momentos de fragilidad– y solo desde el amor con que Jesús nos enseñó a acercarnos a los demás, es posible reconocer en la fragilidad la belleza del rostro de Dios. En la homilía de la eucaristía que siguió a la oración, José Luis Sánchez Girón sj insistió en la importancia de amar al otro en su enfermedad, en su pobreza, en su dolor y no solo acariciar la esperanza de que la enfermedad se supere, el pobre mejore su situación o el dolor remita, porque, si eso no pasa, sigue necesitando de nuestro amor y de nuestra compasión.
María en la devoción popular
María en la devoción popular
Dentro del ciclo de charlas dedicado a la Virgen, organizado por la Comunidad de matrimonios Nazaret, el pasado 6 de marzo el carmelita Fernando...